Este crucificado presidía el humilladero o ermita que la cofradía tuvo al otro lado del Puente Mayor. Tras su demolición hacia 1815, se situó en la iglesia de la Pasión, donde permaneció hasta su cierre al culto en 1926, recibiendo entre otros el título de “Cristo de los Arrepentidos”.
El profesor Jesús María Parrado del Olmo atribuye su autoría al escultor Manuel Álvarez de la escuela palentina, entre 1548 y 1562. Se trata de una de las imágenes más antiguas de cuantas desfilan en Valladolid, aunque no se trata de una talla concebida originalmente como procesional.
Comenzó a salir en las procesiones de Semana Santa a partir de 1927, cuando Agapito y Revilla reconstruyó el paso histórico de la Virgen y San Juan, que bajo la denominación “Emisit Spiritum” alumbraba la Cofradía de las Siete Palabras. Se mantuvo en esa escena hasta que fue recuperado por la cofradía y trasladado a nuestra sede el 23 de octubre de 1993.
En la Semana Santa de 1994 participó por única vez en la Procesión de Oración y Sacrificio del Jueves Santo.
Desde 1995 protagoniza el Ejercicio Público de las Cinco Llagas cada Sábado de Pasión.