NUESTROS IMAGINEROS

Francisco del Rincón

Reconocido como uno de los principales escultores de Valladolid en el tránsito del siglo XVI al XVII, contó entre los miembros de su taller con Gregorio Fernández.

Puede destacarse su papel como pionero en la realización de pasos procesionales compuestos, íntegramente, por imágenes de tamaño del natural talladas completamente en madera, lo que suponía un cambio frente a las primitivas obras de «papelón», que fueron dejando paso a la nueva corriente.

Precisamente la primera obra de esta nueva corriente fue la «Elevación de la Cruz», que el maestro labró para la hermandad hacia 1604. La escena se compone de siete imágenes, de las que la cofradía conserva el Cristo clavado en la Cruz (Santo Cristo de la Elevación), mientras que las demás se guardan en el Museo Nacional de Escultura.

En esta obra, el Señor, mientras es elevado sobre la Cruz, mira al Padre con rostro implorante.

Gregorio Fernández

A lo largo de su fecunda vida artística este gran imaginero se relacionó con la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, que le encargó el paso hoy llamado «Camino del Calvario» (1614). Fue el escultor del que hoy conocemos como Nuestro Padre Jesús con la Cruz a cuestas.

Bernardo del Rincón

Nieto de Francisco del Rincón y hermano de ésta cofradía, es conocido ante todo por la imagen del Santísimo Cristo del Perdón, que realizó para nuestra cofradía en 1656, como demostró hace años la profesora Fernández del Hoyo.

El Santísimo Cristo del Perdón representa a Cristo arrodillado en el Gólgota orando al Padre Eterno, antes de ser clavado en la Cruz. Es una de las más conocidas imágenes entre las derivadas del modelo creado por el portugués Manuel Pereira en el mismo siglo XVII y además es una de las grandes imágenes devocionales en Valladolid, ya que durante todo el año, pero especialmente en sus cultos cuaresmales y en su tradicional besapié, congrega a miles de devotos.

En cuanto al resto de la obra de Bernardo del Rincón no se saben demasiadas cosas, pero hay datos que prueban su autoría en piezas hoy perdidas, como la Virgen de Guadalupe o la Natividad de la Virgen, así como su intervención en el retablo mayor de la iglesia conventual de las agustinas recoletas, luego parroquia de San Ildefonso en Valladolid.

Francisco Giralte

Según un estudio publicado recientemente por el profesor de la Universidad de Valladolid, D. Jesús María Parrado Del Olmo en la revista «Archivo Español de Arte», editada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Francisco Giralte fue el escultor que talló la imagen de Ntra. Madre y Sra. María Santísima de La Pasión.

Aunque es problemático datar la fecha exacta en que se talló la Vírgen de la Pasión, lo más probable es que fuera realizada ente los años 1543-1550, y se sabe con toda certeza que ya estaba tallada en el año 1553. Giralte talló la Vírgen de la Pasión y esta fue situada en el Altar Mayor de la iglesia de la Pasión (altar hoy desaparecido y que contaba con la particularidad de ser el primero en Valladolid en el que conste que se usaban columnas salomónicas), además, según apuntó D. Luis Luna cuando identificó la verdadera Virgen de la Pasión, se cree que fue el primer paso procesional de la cofradía, yendo acompañada por San Juan, la Magdalena, los dos ladrones y unos ángeles, figuras que quizá fueran de papelón.

Francisco Giralte trabajó en el taller de Berruguete, al menos como oficial, sin que se pueda concluir con certeza que antes hubiera sido aprendiz suyo.

Como curiosidad, podemos apuntar que Giralte talló para la Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz el paso de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalen, conocido popularmente como «la Borriquilla» y que es el más antiguo de los que se conservan en Valladolid y el único que todavía existe tallado en papelón, es decir, las figuras se construyen en forma de maniquí, con telas encoladas y pintadas al óleo, y sólo se tallan cabezas, manos y pies.

También como dato curioso, podemos decir que Franciso Giralte era cuñado de Manuel Álvarez, quien tallara el Santo Cristo de las Cinco llagas, también paso procesional de la cofradía y del que apuntamos unas notas a continuación.

Manuel Álvarez

Manuel Álvarez siguió la estela artística de Alonso Berruguete, además de conocer la obra de Francisco Giralte. El profesor Parrado del Olmo le atribuye una imagen de la cofradía, el Santo Cristo de las Cinco Llagas, que tallaría entre los años 1548 a 1563.

Es esta una imagen de Cristo ya muerto, con las Llagas de pies, manos y costado y además, muy posiblemente, se conservara en el antiguo Humilladero que la cofradía poseía al otro lado del Puente Mayor hasta comienzos del siglo XIX.

Desde el año 1995, este Cristo procesiona en el Ejercicio Público de las Cinco Llagas, considerada como una de las procesiones con más significado de cuantas se desarrollan en la Semana Santa vallisoletana por cuanto el rezo a las Cinco Llagas de Nuestro Señor se ofrece para pedir por las vocaciones en el seno de la Iglesia Católica,  constituyéndose por tanto esta procesión en el encuentro para un gran número de devotos que rezan al paso de la imagen por lo que era la antigua judería de la ciudad.

Francisco Díez de Tudanca

Alcalde de la Penitencial fue el escultor Francisco Díez de Tudanca, que también trabajó para su hermandad. Al margen de su posible participación, no documentada, en los conjuntos del «Azotamiento» (tal vez con Antonio de Ribera) y «Paso Nuevo de la Virgen y San Juan» (de los que la cofradía conserva las imágenes de Nuestro Padre Jesús Flagelado y Santo Cristo del Calvario), ha sido estudiada su intervención en el retablo mayor que la cofradía encargó para la iglesia penitencial de la Pasión. En cualquier caso se trata de trabajos realizados a mediados del siglo XVII.

José María Leal Bernaldez

Considerado uno de los escultores más prestigiosos de hoy en día, este sevillano es, cronológicamente hablando, el último imaginero en unirse al elenco de escultores que han trabajado para nuestra cofradía al tallar la imagen de Jesús Divino Redentor, que fue bendecido y procesionado por primera vez el 6 de mayo de 2023.

Jesús Divino Redentor es una talla de un Niño Jesús de Pasión, una imagen que refleja la infancia de Cristo, integrada con la identidad de la cofradía y vinculada de forma especial al culto de nuestros cofrades más jóvenes.

Como no podía ser de otra manera en nuestra penitencial, en la creación de Jesús Divino Redentor se ha optado por una iconografía pasionista que toma como fuente de inspiración la imagen del Santísimo Cristo del Perdón, principal imagen devocional de nuestra cofradía, así, son numerosos los elementos de Jesús Divino Redentor inspirados en Él: el gesto de la mano derecha, su postura de ofrecimiento como Varón de Dolores, la morfología de su paño de pureza, la roca que representa el mundo sobre la que se asienta con majestad e incluso el color verde de sus ojos, podríamos decir que Jesús Divino Redentor sería un Cristo del Perdón Niño.

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